jueves, 21 de octubre de 2010

Cuando los pensamientos asaltan

El ojo parece vulgar en el interior de su fea caparazón.
Sal al aire libre, en todo tu esplendor.
Nada.. El aire quema mis ojos.
Me los quito y deshago, así, de la quemazón.

"PLAYERS" ustedes, jugadores,el niño, el actor y el tahúr.
La idea del azar no existe en el mundo del niño
y del primitivo. El tahúr se siente también al
servicio de un poder extraño. El azar es la
supervivencia de la religión en la ciudad moderna,
como lo es el teatro y más aun el cine,
la religión de la posesión.

¿Qué sacrificio, qué precio deberemos pagar para que la ciudad nazca?
Ya no hay "bailarines", los poseídos. La separación del hombre entre actor y espectador es el hecho central de nuestro tiempo. Estamos obsesionados con héroes que viven por nosotros y a los que castigamos. Si todas las radios y televisiones fueran privadas de su fuente de poder, todos los libros y pinturas quemados mañana, todos los shows y cines cerrados, todas las artes de la existencia delegadas en otro, 

estariamos transformados, de un cuerpo loco bailando en las colinas a un par de ojos que se contemplan en la oscuridad.